martes, 17 de noviembre de 2009
EN EL PARRON ES LA CITA
AGRANDA LA IMAGEN PINCHANDO SOBRE ELLA
miércoles, 12 de septiembre de 2007
Continuación del Discurso de Hugo Lucares
Al iniciarse un nuevo año en nuestras vidas, hagamos un balance sincero y valiente de lo realizado y de lo que nos quedo por realizar, poniendo un renovado empeño en el logro del propósito de bien y de servicio que animan y orientan nuestras vidas.
Impulsado por una fuerte tendencia vocacional, tuve la suerte de dedicar mi vida a la enseñanza.
En todos nosotros la sensibilidad de insignes y antiguos MAESTROS, nos llevó a comprender que el intelecto, como ser grande, no es más que el sentimiento, y que el ser humano: materia, mente y espíritu es un todo en el cual debemos realizar nuestra tarea.
Permitidme también, recordar a los que ya han partido, pero cuyas almas evocamos hoy en la nostalgia que se siente por el ausente, el que siempre tendrá morada en nuestro pensamiento.
El hombre es responsable de servicio, pero, en especial, de la naturaleza, es decir de la realidad.
Su pensar, es hablar en silencio; su hablar es pensar en alta voz. Bajo ambas formas late la raíz del ser humano, esto es su permanente e irrenunciable necesidad de exteriorizar su intimidad y de intimidar su exterioridad; por esto al agradecer vuestra presencia, me cabe destacar a la persona.
Esta como la hierba crece; como la flor del campo, florece; pasa por ella un soplo y ya no existe, sólo permanece su obra que es un documento, un trozo de su vida.
Sí amigos, pienso que cada uno de nosotros va dejando en las cosas que realiza y que ama una parte de su existencia.
Por esto apoyándonos en la riqueza de la luz y en los tesoros de la sombra sigamos siendo los constructores de un templo; de una catedral que se empine sin obstáculo hacia el cielo, fontanar inagotable para todos, de fe y esperanzas.
GRACIAS
Valparaíso, 8 de septiembre del 2007.